Redondillas, Sor Juana Inés de la Cruz

Redondillas, poema de la incomparable Sor Juana Inés de la Cruz es la escritora más conocida en las Américas y Redondillas es el poema más conocido de ella.

Sor Juana, como es conocida, nació Juana Inés de Asbaje y Ramírez de la ciudad de San Miguel Nepantla, hoy Nepantla de Sor Juana Inés de la Cruz, México. Nació en 1648 o 1651 según dos actas de nacimiento, una con el nombre de Juana y otra con el nobre de Inés. Lo que está claro es que nacio en una familia criolla. Su padre era peninsular (Español nacido en España) y su madre era criolla (española nacida en México).

Gracias a ser española tuvo privilegios que muchos no tuvieron. Uno de ellos fue aprender a leer a los 3 años. Aprendió latín y nahuatl, filosofía y matemáticas en casa cuando fue niña y tuvo acceso libre a la biblioteca de su abuelo aunque no se le permitió leer los libros. Sin embarbo, Juana se metía en la capilla de la hacienda donde vivía a leer libros a escondidas.

Quizo ir a la universidad, aunque fuera vestida de hombre a los 11 años después de haber leído todos los libros de la bibiloteca de su abuelo, pero su madre se opuso. En 1663 a los 16 años llegó a la Ciudad de México e ingresó en la corte de los virreyes donde fue apoyada sobretodo por la virreina a quienes les encantó su poesía.

De tan bella que era su poesía y su habilidad como escritora se le llamó la décima musa. Las musas son nueve figuras que representan las artes. Llamar a Sor Juana Inés de la Cruz una musa era una manera de honrar sus abilidades e inteligencia.

Redondillas

Si se fijan en el poema verán que su organizaciión es de cuatro estrofas, o cuartetos en los cuales cada verso tiene 8 sílabas por lo que el poema es octosilábico. A este estilo de poema se le llama redondillas.

Sinalefa

Aquí es donde hay que saber que se pueden unir dos sílabas en una si una acaba en vocal y la otra empieza en vocal. A esto se le llama una sinalefa. La rima de cada cuarteto es ABBA y la rima es asonsonante, aunque en otras redondillas la rima puede ser consonante (las palabras finales riman a partir de la última sílaba tónica).

Rima consonante

Las palabras finales riman a partir de la sílaba tónica.

El poeta dice la verdad, Federico García Lorca

Quiero llorar mi pena y te lo digo
para que tú me quieras y me llores
en un anochecer de ruiseñores
con un puñal, con besos y contigo.

Como ven digo y contigo, aunque se escriben con d y con t suenan muy similares porque la letra t es mucho menos fuerte que en inglés. Di algunas palabras en inglés como “Tiny Tim took Tom to Toronto” mientras pones la palma de tu mano cerca de la boca y verás que cada letra t da un golpe de aire. Ahora pon la palma de la mano cerca de la boca y di “Toño tosotó todo un tomate.” Verás que si dices la frase en español correctamente, a penas si se siente la letra t en la palma de la mano duando la dices.

Rima asonante

Las palabras finales de cada verso riman porque las vocales son iguales en las últimas sílabas aunque las cononantes pueden variar.

La noche azulada  (A)
empezaba su rito  (B)
de silencios fríos  (B)
y voces pardas. (A)

Como ven en –ada y –ardas sólo riman las vocales, pero no las sílabas. Auque pardas tiene dos consontantes, como la R se una a la D en un sonido, aun se considera que -ada y -ardas riman. En inglés, esto no es considerado una rima, pero en español sí.

Redondillas, Sor Juana Inés de la Cruz

Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?

Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

Análisis

Como verán, este poema está compuesto de versos de siete sílabas. La rima, como la verán anotada al lado es ABBA y toda es rima consonante.

Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?

Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

A
B
B
A

A
B
B
A

A
B
B
A

A
B
B
A

A
B
B
A

A
B
B
A

A
B
B
A

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B
B
A

A
B
B
A

A
B
B
A

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B
A

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B
A

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B
A

A
B
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A

A
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B
A

A
B
B
A

A
B
B
A

 

 

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